lunes, 11 de febrero de 2013

Carretera Perdida - David Lynch

Soy Patricia Arquette, pero ahora no tengo poderes.

Es la primera vez que escribo en este blog sobre David Lynch, mi director estadounidense favorito y uno de los mayores talentos de la historia del séptimo arte. Lo primero que hay que hacer al hablar de Lynch es desmontar ese mito que dice que hace un cine críptico por el simple hecho de molestar al público, que ni él mismo entiende sus películas y busca sólo la polémica.
Tanto en la película que nos ocupa "Carretera perdida" como en el resto de su filmografía encontraremos momentos de misterio irresolubles, es cierto, pero ¿Culpamos a la Mona Lissa por no saber el motivo de su sonrisa? ¿Y a Dalí por mezclar tigres con avispas? Una de las características del arte es su misterio, y la necesidad de que éste quede resuelto es síntoma de la progresiva simplificación de la sociedad, que ha de consumir productos transparentes y efectistas sin parar a reflexionar.
De todos modos no todo son preguntas sin respuestas, su cine aclara mucho más de lo que parece, lo que ocurre es que no lo hace de un modo lineal, sino como si se tratara de un caleidoscopio, entremezclando preguntas y respuestas que el espectador ha de reconstruir según su propio criterio
Carretera perdida cuenta la historia de Fred, un músico de jazz con una problemática vida sexual que empieza a recibir cintas de vídeo en las que se ve su propia casa. Asustado ante la posible presencia de ladrones comienza una investigación en la que su yo, la visión que él tiene de si mismo y la persona que le gustaría ser se entremezclan.
Junto a Fred tenemos a una estupenda Patricia Arquette convertida en una femme fatale del siglo XXI que torturará con su indiferencia y frialdad al protagonista. Será ella la verdadera protagonista del film, quien mueva todos los impulsos primitivos de Fred, quien perturbe de tal manera su mente que éste acabe por perderse entre las visiones de su yo.


Técnicamente la película es una absoluta delicia. Los interiores, plagados de sombras, espacios vacíos de todo adorno, cortinas rojas (un clásico de Lynch) hacen que la casa de los protagonistas se convierta en un suburbio salido de alguna peli de cine negro de los años 40. Esto, junto con la reinvención del papel de la femme fatale que hace el director, convierten a la película en una de las más "retro" de la filmografía de Lynch, aunque éste nunca ha negado su sensibilidad hacia la década de los 40 y 50.
Quizá la música, compuesta como siempre por Angelo Badalamenti, sea uno de los aspectos más flojos del film. Si bien es cierto que hay numerosos temas con esa atmósfera plomiza e hipnótica que caracteriza al compositor, la mezcla de éstos con canciones de Marilyn Manson o Rammstein no terminan de funcionar.
En resumen "Carretera perdida" es una gran película que rezuma el estilo de su autor en cada segundo: personajes traumatizados, sombras, seres misteriosos que parecen saberlo todo, hombres de una violencia que roza el patetismo, y sobre todo, la realidad.
¿Hasta que punto la realidad es un hecho y no una percepción? ¿Existe sólo una realidad o las que creamos en nuestra mente pueden llegar a superponerse a aquella que consideramos la auténtica? Estas preguntas son  las paredes con las que Lynch ha ido, película a película, construyendo su personal laberinto.



2 comentarios:

  1. Interesante,la temática me llam,además Patricia Arquette se ganó mi coranzocito en Stigmata así que creo que voy a darle la oportunidad a la peli,aunque miedo me da XDD

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